Buscando a Wally

No se si os pasa a vosotros, pero en ocasiones me encuentro un poco saturado de fotografías de paisajes, sobre todo de amaneceres/atardeceres en la costa. Debe ser que es el tipo de fotos de paisajes que más abunda por estos lares.
La saturación es tal, que las fotos empiezan a parecerme todas iguales. Ojo, no dudo de su calidad artística y técnica, digo simplemente que me parecen repetidas.

PAra descansar un poco de todo esto, he descubierto un antídoto infalible: salgo de caza por la ciudad con mi 135mm f/2.


Hoy, por ejemplo, me he dado una vuelta por los alrededores de la Sagrada Familia y he disfrutado robando fotos con este maravilloso objetivo. Reconozco que al principio cuesta un poco eso de hacer robados. Te crees que te van a pillar en cualquier momento y este pensamiento atenaza tus manos, ni siquiera te atreves a levantar la cámara y ponerla a la altura de la cara.


Poco a poco te das cuenta que si eres un tanto discreto y rápido en tu ejecución, la "víctima" prácticamente no se da cuenta de nada.


En ocasiones veo la foto, ese instante mágico, diferente, pero dudo en apuntar y disparar. Y esa duda provoca que la pierda para siempre.


La gran ciudad es un escenario interminable para realizar robados, repleta de actores anónimos que actúan cada día.
El robado de fotos es el complemento ideal para descansar de madrugones, kilómetros, de estar pendientes de si habran nubes en el cielo o no...
Y bueno, también tiene su encanto, verdad?




Comentarios

  1. ja, ja, ja, Jorge, eres un auténtico todoterreno y un culo de mal asiento. Te lo digo con todo el cariño. Esto de los robados, a mi, siempre me ha dado mal rollo por si me parten la cara. Será porque levanto poco más de metro y medio del suelo...
    Un saludo fiera :-)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares